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ModeradosdelSur

¿CUÁNTO CUESTA LAVIDA?

 

¿Quién puede responder cuánto cuesta la vida y despejar ese interrogante?

 

Alguno dirá que para medir el costo de vida, se deberá referir cuanto cuesta en dólares un kilogramo de carne, y será una aproximación.

 

Otro intentará fijar en kilogramos de soja el valor de un novillo, y será otra aproximación.

 

Aquel responderá con cuántos quintales de trigo solventa el salario de sus peones.

 

Lo cierto es que a un trabajador lo que le interesa es saber cuántas horas de su salario destina para subsistir.

 

En este marco, el sentido de las retenciones es evitar que un solo producto, la soja, se dispare fuera de nuestros parámetros internos. Porque la soja tiene precio internacional y no todos los restantes lo tienen. De no existir el efecto regulador de las retenciones, quedaríamos obligados al trazado de una nueva economía que no es la nuestra y entretanto asistir a un desequilibrio incontrolable y peligroso. Claro que esto último haría la fiesta de la derecha argentina.

 

Querido Periodista Amigo y Compañero

   Me gustó mucho el artículo de tu colega comunicador, especialista en temas de coyuntura. Buena caracterización del condimento de la fracción maoísta de la izquierda colonizada, que hoy inesperadamente se ha aliado a la comparsa que está protagonizando  el conato prepotente de la patronal campera.

 

   Me atengo a que cada vez que aparece un conflicto apropiado, enseguida se produce un "alineamiento" detrás del sueño de constituir una fuerza de oposición viable.  Me hubiera gustado poder decir que nace "un partido de oposición", porque en ese caso operaría cívicamente, en lugar de hacerlo con metodología terrorista.

 

   Ayer no más, ocurrió el caso Blumberg y fíjate que se frustró  a causa de haber pretendido engañarnos sobre su condición de ingeniero, cuando son mucho más graves sus antecedentes como "operador - asesor" de la industria de las quiebras fraudulentas, principalmente en la industria textil, que fue su especialidad antes de sentir el llamado del negocio de la seguridad.

 

   Tanto en el caso del falso ingeniero, como en este caso actual protagonizado por la comparsa campera, se produjo el aluvión de otro sector que es profesional en operaciones de "acción directa" y que vienen a ser los que esperan turno para ocupar el banquillo de los acusados por su responsabilidad en delitos muy graves cometidos durante la represión. Estos últimos adhieren a cualquier medio por el cual logren recuperar la impunidad perdida y a la hora de actuar, lo están haciendo con su metodología violenta de siempre.

 

   De los medios de comunicación, ni me hables. ¿A qué rincón relegaron la memoria de Mariano Moreno o de Rodolfo Walsh, los periodistas que escriben con una mano y extienden la otra para recibir la dádiva? ¿Cómo se puede sostener el bombardeo constante con el latiguillo de que los legisladores serán presionados cuando traten la ley de retenciones, si todavía está fresca la tinta con que se escribió la noticia sobre el camión que estrellaron contra la casa de la madre del ex presidente? ¿Haber contratado para esa acción a un chileno con antecedentes penales, no fue una presión? Habría más para agregar: las fallas en aviones y helicópteros presidenciales; el episodio con la hermana del ex presidente que sufrió  volviendo de Santiago del Estero, etcétera. Pero tengo que dejar todo eso para la pluma de los profesionales de la información, a condición de que sean honestos.

 

   Convertidos en voceros de la patética comedia campera, formalmente reclaman garantías para la libertad de conciencia de los legisladores. ¿Acaso olvidan que si hablamos de políticos integrantes del mismo partido peronista, el pueblo que los eligió espera que aproximadamente obren en concordancia con la ideología de dicho partido? Es obvio señalar que si el pueblo prefiriese que se quite a los pobres para mayor riqueza de los poderosos, hubiera votado propuestas similares a la que hemos conocido con la descarada forma de la reducción de los salarios de los jubilados o la de menor presupuesto para educación, etcétera.

 

   El caso es que en el sector campero, por anticipado ya se protegen de las futuras presiones a los legisladores, que podrían provenir de parte del ejecutivo. Lo hacen por si acaso el voto en las cámaras no les es favorable, mientras simultáneamente  les instalan patotas en sus domicilios particulares, que precisamente constituyen sus propias amenazas para que voten a favor de las agroexportadoras.

 

   Para resumir: Estos cuervos cuentan y recuentan con cuántas plumas se quedarán, mientras está pendiente el debate técnico que el caso requiere y esto no es un detalle menor, porque en principio implica que nadie destinaría su campo para una producción de inferior rentabilidad. Todo agricultor o ganadero pretendería que cualquier otro producto -dicho principalmente  acerca de los que tienen mayor interés social que la soja- le proporcione ganancias equivalentes, cosa que implica el corrimiento de todos los parámetros mercantiles, hasta llevarnos a una nueva realidad económica que no es la que adoptó la Nación Argentina.

 

Policarpo Cuaresma

 

MI DEBILIDAD DE PEQUEÑO BURGUÉS

Paso a admitir una de mis peores debilidades burguesas, la de denunciar al sistema, con la consecuencia negativa de que al mismo tiempo me denuncio. Con esa acción alivio mi angustia al calmar la voz de mi consciencia, pero quedo descalificado para otra función más importante. Es sabido que una acción vale más que escribir.

 Ya está hecho, ahora adelante. Pero de paso nótese el tic de prudencia y sigilo que nos quedó de los años de proscripción que soportamos las organizaciones del campo popular.

 La burguesía contraataca. Nunca perdió el poder, pero busca recuperar el control de los recursos de la superestructura del sistema.

 Al decir burguesía, estoy diciendo imperialismo y mafia, porque si se tratara solamente de burguesía nacional, eso en el caso de que existiera una burguesía nacional, no creo que cometiera un acto de suicidio. Quiero decir, se está ejecutando un plan que golpea duramente al gobierno nacional, pero que por elevación ataca al pueblo, como es natural. Una acción así ejecutada por la débil burguesía nacional, es lo que vendría a ser suicidio. Por lo tanto, no cabe pensar otra cosa que se trata de un acto de guerra imperialista asociado a la mafia. que alguna vez se la ha llamado sinarquía internacional. El enemigo que intentan doblegar, una vez más es la clase trabajadora, pero la lógica más elemental indica que el objetivo mediato también será la pequeña burguesía.

 Algunos sectores tilingos de la sociedad, profesionales liberales de nota, o comerciantes que explotan uno o varios locales comerciales de la calle Florida, pequeños industriales, alguno que otro empleado jerárquico, en suma el sector que consiguió ser dueño de una casa habitación, otra de veraneo y uno o dos automóviles están inquietos porque les empezaron a cobrar los impuestos que adeudan. Hablan de “gobierno confiscatorio”. Dado que también son propaladores de las opiniones que se cuecen en el caldero de las fuerzas de la sinarquía, en definitiva están siendo idiotas útiles.

 El imperialismo aprendió muy bien las enseñanzas de nuestro compatriota, glorioso comandante, que por mucho tiempo seguirá inspirando a los trabajadores organizados del mundo, en el sentido de abrir uno, diez, cien frentes de combate. Ataca por el flanco de los recursos naturales, agua, glaciares, petróleo, minerales. Pero no descarta hacer suyo el teatro de operaciones que son las ciudades, la superestructura del sistema y quedaría muy conforme si pudiera disparar el arma de la inflación económica. Para esto último, viste el ropaje de las organizaciones seudo revolucionarias de la izquierda colonizada y  montados en legítimas aspiraciones de los trabajadores, exasperan a la sociedad imprimiendo una virulencia desproporcionada a sus reclamos. Diga el lector, en qué concluye si observa que los representantes de la izquierda colonizada, continuamente disponen de los espacios de comunicación de la oligarquía. Diga también, por qué cree que grupos autodenominados trotsquistas o marxistas de preferencia eligen fustigar a reconocidos luchadores del campo popular, mucho más que a los culpables de gravísimos ilícitos contra el pueblo y aún más, culpables de traición a la patria. ¿Son solo coincidencias o es legítimo inferir un contubernio repugnante?  Señores tilingos ¿creen natural que en la televisión argentina, el ministro de justicia tenga menos espacio para comunicar su tarea, que la esposa del vivillo que con aire de predicador de cuaresma quiere hacernos creer que lucha por los jubilados y los desocupados?

 Hoy quiero dar una voz de alerta. Las escuelas de la Provincia de Buenos Aires están siendo objeto de una reparación y remodelación como nunca antes pude ver en mis casi treinta años de trabajar en algunas de ellas. También están siendo equipadas con toda clase de material, incluidas máquinas herramienta modernas en las de enseñanza técnica. Es muy grato comprobar que para los trabajos se recurre a pequeñas empresas de la zona, que prestan el mismo servicio de calidad satisfactoria, que cualquiera de nosotros hubiera podido contratar, cosa que aleja las suspicacias que se presentan con la vieja práctica de la subcontratación. A todas luces se trata de una experiencia que debería convocar, y seguramente lo hace, a todos los miembros de la comunidad educativa, para que se sientan motivados a defender esto que es una conquista de los trabajadores. Conquista que representa nada menos que la educación de sus hijos y un excelente camino para la movilidad social. Ahora bien, en medio de un período de intenso frío, al punto que mientras escribo esto está nevando en Buenos Aires como no ocurría desde 1918, la empresa distribuidora de gas ha cortado el suministro en varias escuelas, aduciendo deficiencias en la instalación, siendo que es el único medio de calefacción.

 He querido decir alerta, porque esta medida forma parte de toda una escalada dirigida a perder el espacio trabajosamente ganado. Frente a esto quiero recordar que “solo el pueblo salvará al pueblo” y recordar que “la organización vence al tiempo”.

AMILCAR

-¿Nicolás, usted en qué siente que está en deuda?

Esa pregunta me la hizo Eduardo, mi psicólogo. No podría precisar qué día, pero creo que fue casi en los comienzos de mi tratamiento, que empezó en el 2000 y se prolongó por unos cinco años. Durante las sesiones, y en atención a los temas tratados y a la patología que me diagnosticó, fuimos llegando al punto en que quedó planteada la necesidad de contestar ese interrogante.

Me acuerdo de que no tuve dudas para contestarle, porque por aquellos años yo tenía dos recuerdos de deudas mías, que casi se habían convertido en obsesiones, de manera que con mucha frecuencia se instalaban en mi mente para molestarme y entonces la respuesta me salió “como escupida de músico”.

A vos también te voy a contar las dos. Una, porque quiero cumplir con mi elección de escribir en estilo connotativo y la otra porque se relaciona con tu abuelo Amilcar.

El 25 de mayo de 1973, después del acto de asunción del presidente Héctor Cámpora en Plaza de Mayo, la mayoría de los que habíamos ido, decidimos trasladarnos a las puertas de la cárcel de Devoto, para presionar para que liberaran a los presos políticos más rápidamente. Manifestamos alrededor del penal y vivimos la alegría de ver salir a los compañeros uno a uno. Participábamos de un acontecimiento feliz, pero los soltaban con cuentagotas y no hubo tolerancia para la impaciencia que generó ese proceso tan lento, menos en un momento en que nos considerábamos victoriosos sobre la oligarquía y las fuerzas de represión y se produjo un casi motín entre los internos que sentían que el apoyo de los manifestantes, era una oportunidad única. Entonces ocurrió que desde el penal, comenzaron a dispararnos ráfagas de ametralladora.

-Son balas de goma, dijo Ricardo.

La realidad no parecía darle la razón, ya que los impactos sobre los frentes de las casas vecinas eran bastante contundentes, y se podía ver que desprendían el revoque de las paredes. A esa altura, tuvimos que buscar refugio y nos subimos a mi Chevrolet 400 para alejarnos. Debíamos ser unas doce personas, compañeros del profesorado de Dorita y míos de la facultad y aquí aparece uno de los motivos de mi sensación de “deuda” que me siguió durante treinta años, fue que se acercó un pibe para pedir que lo lleváramos. La urgencia y el dramatismo del momento, no me permitieron idear una forma de poder cargarlo, después de que el pibe abrió una puerta del auto y no encontró lugar para subir. Supongo que habrá escapado de otra manera, porque no recuerdo que esa noche hayan habido heridos, pero de todos modos me dolió no haber sido yo el que le diera la ayuda que necesitaba.

El otro caso de sensación de deuda y que también referí al psicólogo, lo tuve con tu abuelo Amilcar y corresponde aproximadamente a la misma época, solo unos pocos años después.

Con Amilcar nos disfrutábamos en largas charlas de política, en el fondo de tu casa de la calle Moreno, era un gran gusto.

No estaba ausente el comentario de libros. Esa noche hablábamos de la biografía escrita por Osvaldo Bayer, sobre el anarquista expropiador Severino Di Giovanni y yo conté que había conseguido el tomo que reproduce la correspondencia de amor, que Severino mantuvo con su amante muy joven, Paulina Scarfó.

Amilcar se mostró vivamente interesado y dijo:

-¿Me lo presta, Jorge?

-Sí, cualquier día de estos se lo traigo acá.

Lo que ocurrió después fue que yo demoré en llevarle el libro. Un poco por olvido momentáneo de mi promesa y supongo que otro poco porque mi mente ya estaría preparando el estado de salud que me llevó al tratamiento con Eduardo, habida cuenta de que esos estados de tormenta del alma, crean mejores condiciones para reforzar los olvidos. El caso es que por motivos de la militancia, tu abuelo viajó a Paraguay con documentación falsa y fue detenido ¡durante diez años! hasta que Amnesty logró liberarlo y refugiarlo en Europa. Creo innecesario decir que pasé ese tiempo con mucho dolor, acrecentado porque no alcancé a prestarle el libro antes de la detención y esa circunstancia pasó a ser otra de mis grandes “deudas”.

Este recuerdo tiene más condimentos, porque hasta 1979 yo trabajé en la Oficina de Reclamos de la empresa de omnibus Brisas del Plata, que entre otras funciones tenía la de conservar por seis meses, todos los documentos de identidad que se encontraban extraviados en los coches y al cabo de ese plazo, debían ser destruidos. En la misma oficina trabajaba Ledezma, un entrerriano viejo y grandote, que había sido suboficial de la policía federal. A mí me gustaba hacerle la broma repetida de llamarlo Delezma, porque me parecía que esa alteración en el apellido, lo hacía más concordante con su aspecto provinciano.

Ledezma prestaba mucha atención al hecho visible de que era yo quien se interesaba en guardar los documentos en el cajón con llave de mi escritorio y un día no se aguantó y me dijo:

-¡Vos te guardás los documentos para pasárselos a los Montoneros!

La sagacidad del viejo policía fue bastante precisa, además él conocía mi ideología peronista, solo estuvo equivocado en suponer que se los diera a la “Orga”, porque en verdad yo se los daba a Amilcar.

Por una parte, consideré que si se los daba a tu abuelo, los documentos estaban en buenas manos y por otra parte, yo no integraba Montoneros, solo tenía un contacto propio de la organización celular, de quien solo sabía su apodo Cacho. A Cacho lo podía citar por medio del mozo de un bar de Migueletes, yo dejaba el mensaje y al día siguiente recibía su llamado, pero los días de dictadura feroz, fueron muy difíciles para andar buscando a los compañeros.

Cuando Cacho me buscaba siempre nos reíamos, porque el flaquito morocho que trabajaba de mozo no me reconocía, pese a que ya me había visto varias veces. Entiendo que su mala memoria funcionaba como una adaptación muy adecuada para aquellos días de clandestinidad. Entonces al comunicarle mi mensaje a Cacho, le decía:

-¡Che, tené cuidado, porque te anda buscando un tipo con cara de vigilante! Dice que se llama Firulai.

Me gustaría que volviéramos a encontrarnos y reir, treinta años después lo haríamos más relajados, pero lamentablemente no lo creo posible, aunque me niegue a admitirlo, lo más probable es que a Cacho lo "chuparon" o cayó en combate.

El bar fue reemplazado por una carnicería, según pude apreciar las tantas veces que volví al lugar y nunca más recibí noticias de mi compañero, lo único seguro es que si la mala suerte hizo que cayera, Cacho no me cantó.

Cuando supe las circunstancias en que había sido detenido Amilcar, tuve la fantasía de que quizá hubiera utilizado alguno de esos documentos que yo le daba. Recuerdo en especial una libreta de enrolamiento de un ciudadano paraguayo, que por ser ex combatiente de la guerra del Chaco, se consideraba que el portador sería una persona con mucho prestigio social en su país.

El otro condimento es el interrogante que tuve cuando tu abuelo fue candidato a Presidente de la Nación, porque me nació preguntarme en qué lugar de las vivencias de Amilcar, se localizó su interés por leer esas cartas poéticas, pero ese es un punto que no quiero desarrollar porque estaría basado en demasiadas suposiciones y fantasías aventuradas.

Sí puedo decir, porque me consta y es verdad, que el día de la elección por la mañana, Mario me llamó por teléfono para decirme:

-¿Firulai, me prestás tu auto para ir a Moreno a buscar a mi viejo, que le toca votar en el Colegio Rivadavia y como está un poco enfermo, no quiero traerlo en el Rastrojero.

Por supuesto que me sentí muy honrado de que lo fueran a buscar en mi Fiat espacio y siempre que puedo, cuento esta anécdota para que se destaque el detalle de austeridad de que el candidato a presidente, no tenía auto propio.

Ese día temprano tuve un incidente en la escuela donde me tocaba votar, porque en mi mesa no había boletas del PRT. Tuve que salir del cuarto oscuro para reclamar por el faltante y dije a la autoridad del acto:

-Falta la boleta de mi partido.

-¡Cómo, ahora yo ya le firmé la libreta!

-Lo siento, yo no le pedí que firmara antes de votar.

-¿No puede votar otro candidato?

-No quiero.

El tono de voz muy alto con que me hablaba el presidente de mesa, indicaba que se había fastidiado por el inconveniente, y además no quería devolverme mi documento porque ya estaba firmado y yo no había votado. Los gritos llamaron la atención de un grupo de “punteros” corpulentos, seguramente miembros del partido político oficialista que me rodearon y en tono amenazante preguntaron:

-¿Qué pasa acá? ¿Qué problema hay con este hombre?

Entretanto, mi hijo Patricio, que estaba conmigo, no ocultaba una cierta expresión de preocupación. Por su parte, el funcionario de la mesa les explicó la situación y a continuación me preguntó:

-¿Y cuál es la boleta que falta?

-Entre usted al cuarto oscuro y verifique. Yo no se lo quiero decir porque me impugnarían por “voto cantado”.

-¿No puede pedirle al fiscal de su partido que ponga boletas?

-Le pediría si lo conociera, al no conocer a ningún fiscal, me atengo a la responsabilidad que tiene la mesa, de proveer las boletas de todos los partidos, e incluso de iniciar el acto solo cuando haya suficiente provisión de todas.

Un grupo de hombres entró al cuarto, identificaron la boleta faltante y al rato me consiguieron una para que yo pueda votar. Logré eludir la infracción de “voto cantado”, pero no pude hacer lo mismo con la de “voto marcado”, porque obviamente el único voto posible del PRT en esa mesa, fue el mío y los que hicieron el escrutinio lo sabían.

Pese al incidente, logré votar temprano, como para trasladarme al Rivadavia a esperar que llegara Amilcar y cuando bajó del auto lo abracé, lo felicité y le dije:

-Buen día, ¿cómo está presidente? Porque hoy usted es mi presidente.

Amilcar estaba feliz y emocionado, y nosotros también.

Hubo fotos para la prensa del partido y también estuvo la candidata a vicepresidenta, pero cuando mi amigo Nicolás me contó esta historia no recordó el nombre de ella. Debo creer que Nicolás todavía no había recibido el alta a su tratamiento psicoanalítico.

Falso Donante, 22 de agosto de 2007

ELECCIONES PRESIDENCIALES EN ARGENTINA

HUGO QUERIDO
En vísperas de elecciones, me llegó este correo-cadena, de parte de mi distinguida amiga Aly, arquitecta, pintora, mendocina y sensible. Sin dudas que debería agregar que con el argumento que se esgrime, es otra argentina abusada en su inocencia:


El defensor de los desposeídos ¡BIENVENIDO HUGO QUERIDO! ... Buena noticia para el sector agropecuario.
¡Bienvenido Compañero!
Hugo querido...
Desde hoy contamos con un nuevo miembro; se trata nada menos que
de Hugo Moyano, camionero y amigo del mismísimo Presidente, con lo cual
esperamos que a partir de ahora defienda nuestros intereses en las reuniones de gabinete.
El simpatiquísimo y agradable Hugo acaba de adquirir la emblemática estancia ’San Ignacio’ a la familia Naón Pirovano en el partido de Henderson. Adquisición que le debe haber costado sus buenos dólares, puesto que en la zona la hectárea no baja de los u$s 4.000, y los campos no bajan de las 1.000 hectáreas, o sea que ninguno baja de los u$s 4.000.000.- (cuatro millones de dólares), a lo que habría que agregar el magnífico casco, que como habrán visto, se publica en varios libros de catálogo de ’Estancias Argentinas’.
Esperamos que a ningún Fiscal de la República, ni mucho menos la AFIP que tanto trabaja por nuestra prosperidad, y la de todos los miembros de los sectores productivos, quieran investigar el origen del dinero -bien habido- para complicarle la vida a nuestro flamante vecino.
¡Por favor comuniquen esta noticia a sus amigos, y démosle la
bienvenida a este nuevo amigo!
Pronto lo recibiremos con los brazos abiertos en la Sociedad Rural y en Coninagro.”

El contenido irónico del concepto "Hugo defensor de los desposeídos", lamento decirlo, pero lleva implícito la aceptación de la otra cara de la misma moneda, "que Hugo resulte ser funcional al sistema injusto de distribución". Tal creo que es el principal motivo por el cual los argentinos tenemos que soportar estos hechos y dirigentes de esa categoría. La noticia que me estás mandando está acá, Página 12 del 16/9/05 http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-73097-2006-09-16.html

Un dirigente de otra calidad, por nombrar alguien digno y además de tu provincia, es Marcos Garceti, pero nunca oigo hablar de este sindicalista, que durante el secretariado de Saúl Ubaldini parecía ser alguien en muy buenas condiciones de sucederlo en la tarea de conducir la CGT.


Por estas latitudes se comenta que ya son pocas las bodegas y fincas tradicionales que quedan en manos de las familias fundadoras. Y lo peor parece ser que al igual que otras industrias, están pasando a manos extranjeras. De manera tal que como nuevo propietario, las manos de Hugo vendrían a ser el mal menor.

La distribución justa de la riqueza, tiene una medida objetiva e inapelable, esto es que se cumpla con el 50% del PBI como retribución a los trabajadores.

Nuestro querido bello y glorioso país, conoció más de una época en esas condiciones. Hoy la meca de los trabajadores de buena parte del mundo -España-, tiene una brecha de doce veces entre el sector más rico y el sector más pobre, pero debemos recordar que Argentina la tuvo mucho más justa, ocho veces y en esos años hemos recibido amorosamente a una oleada de inmigrantes de la dimensión de un tsunami.

Yo no tengo elementos suficientes como para un análisis pormenorizado. Solamente tengo una somera idea de algunas de las cosas que nos pasan, que cada tanto ajusto con lo que he adoptado como "patrón regio". Para esa especie de corrección del rumbo por donde marchan mis ideas, me pregunto ¿qué hubiera hecho el General San Martín con tal o cual dirigente?, y muchas veces me contesto ¡lo hubiera fusilado! En ese sobreentendido de que mis elementos de análisis son pobres, llego a la conclusión de que la CTA tiene dirigentes quizá mucho más valiosos que Hugo, pero reconozcamos que esta otra central alternativa está tan infiltrada de seudo trotzquistas, petardistas iracundos, izquierdistas colonizados y por todo eso, además traidores. De manera que otra vez Hugo aparece como mal menor, frente al riesgo de que la nación caiga en el estado de "agitación piquetera", cuya muestra lo representan las huelgas salvajes del Garrahan, Hospital de Clínicas, varias empresas gráficas, INDEC y algunas seccionales del gremio de docentes. Todo esto sin contar con que se han pergeñado y ejecutado acciones como la peregrina y criminal idea de contratar en Santa Cruz a un convicto de nacionalidad chilena, para que impacte un camión contra la casa de la madre del presidente en.

Con vos está todo bien, te conocí un poquito pero lo suficiente, como para saber de tu sensibilidad y de la calidad de amiga que integra el círculo de amigos que le da la irónica bienvenida a Hugo. Con toda sinceridad te digo a vos que integrás las fuerzas vivas de la gloriosa región de cuyo, que no te creo parte de los que sepultaron al último granadero. Hago todas estas menciones históricas, porque pretendo indicar que no me guía el resentimiento. Creo en la patria. Creo en la gloria de San Martín. Creo en Dorrego que cruzó los Andes diez años antes que el libertador. Y bastante más de la epopeya Argentina, que sería demasiado para el motivo de este texto. Por todo esto me cuesta mucho adherir a partidos que se salgan de nuestra historia. No puedo aceptar nuevas agrupaciones creados ad hoc, con fines de “funcionalidad frente a la circunstancia”, cuando las organizaciones que tenemos, todavía no han acabado de rendir aquello que los argentinos esperamos y necesitamos.

Mi amigo Guillermo, compañero de la facultad de agronomía, mientras estudiábamos juntos trabajaba como tesorero de un sindicato. Por cierto que gracias a esa función, estaba muy capacitado en administración, control de gestión y en general en los temas contables. No te imaginás el alivio que sintió cuando nos recibimos y él pudo dejar ese empleo tan comprometedor, vivía con temor por tener que actuar como testa-ferro y administrar los campos que su Secretario General compraba en la Provincia de Buenos Aires. Yo que soy interesado por la política, además sé lo suficiente como para estar informado de que comprar campos es lo de menos en este otro sindicalista, porque además es violento, mafioso y fascista. Está claro que no sirve para los fines de la cadena “Hugo querido”, porque este último sindicalista no es amigo del presidente. Está claro que divulgar esta noticia unos días antes de la elección, viene a ser un “tiro por elevación”

No creas que estoy postulando la idea de la resignación de aceptar el mal menor. Simplemente digo que estamos frente a un problema de cierta complejidad para resolver y que no lo podremos hacer si partimos de un diagnóstico errado y mucho menos, si partimos del resentimiento, porque Hugo estanciero es mucho más que una simple anécdota que se manifiesta en el escozor de que vaya a formar parte de la Sociedad Rural. No debemos olvidar que los miembros del sector acomodado de nuestro país, también actúan como dirigentes y en ese sentido, también deben ser responsables. Entretanto ese sector un poco más pudiente, parece que no alcanza a constituir una deseada burguesía nacional, como sí la tiene Brasil. Nuestros empresarios, frente al más mínimo avatar político, no vacilan en correr en desbandada para hacer alianza con el poder extranjero. Otra vez me gusta recordarlo, San Martín no lo hubiera aprobado.

Se impone poner fin a estas situaciones y avanzar hacia un nivel de justicia mayor, pero es necesario acumular poder para imponerlo para bien de las mayorías, en armónica convivencia con las minorías, porque los traidores no se suicidan ni la justicia y la libertad se obtienen por decreto.

Falso Donante, 26 de octubre de 2008

MELINA Y LOS CARTONEROS

La niña Melina, participó involuntariamente del resultado de las últimas elecciones en la Ciudad de Buenos Aires. Conózcala por medio de cualquier buen buscador de Internet y la podrá ver junto al candidato que se valió de ese ángel inocente. El candidato bien pudo haber pensado: “-La maldición de víctima de buena fe, está echada desde antes, ¿qué mal hay en que la aproveche para congregar unos cuantos electores más?”

 Mal que nos pese, la nuestra es una sociedad mercantilista, donde corresponde retribuir.

 Concebida Melina como parte de una clase social definida, podemos decir que a muy poco tiempo de prestar un servicio al candidato electoral, la niña ya recibió su retribución en la forma de una represión del mismo corte que caracterizaron a las pasadas dictaduras militares y civiles del país. Tituló La Razón “Golpes y detenidos en el desalojo de familias de cartoneros en Belgrano”.

 La cobertura periodística fue pobre, no cuento con imágenes para ofrecerles, que ilustren la violencia del desalojo.

 Hasta aquí, todo puede quedar reducido a una anécdota más, salvo porque los diputados oficialistas ya presentaron un proyecto de ley que impida el ingreso de cartoneros al ámbito de la ciudad. Paradojas de la historia, esos legisladores se inscriben en la línea ideológica que se escandalizó con horror por aquello que fue la “Cortina de Hierro” instituida en la ex Unión Soviética. Ayer no más.  

 ¡Tamaño despropósito! ¿Cuál sería el sustento de una disposición que impidiera la libre circulación de cualquier ciudadano, a lo largo del territorio de su propio país? Me cuesta mucho concebir semejante idea y aún más, suponiendo que los cartoneros logren eludir la norma y subrepticiamente de todos modos ingresen a la ciudad, en tal presupuesto ¿cómo se podría impedir que levanten cualquier objeto que encuentren abandonado en la vía pública? Entre ellos papeles, cartones y botellas de lo cual obtienen su medio de vida.

 Por una necesidad impuesta por la construcción literaria, antes de cometer la falta que me propongo a continuación, ya ensayo una defensa. Todos los que me conocen saben del fervor con que adhiero a las ideas y a la conducta honorable de nuestros héroes, San Martín, Belgrano, Carlos Antonio López y miles de patriotas americanos, más. Sin que haya contradicción con ese emocionante sentimiento -que si no lo han hecho ya, los invito a experimentar- digo que todos ellos, a su hora, también tuvieron rivales y enemigos contra los cuales lucharon. De manera que declaro estar despojado de todo resentimiento cuando lamento mi actitud de “mal pensado”, soy consciente de que me nace de opinar sobre un tema que no es mi especialidad y sobre el cual no estoy debidamente informado. Pero el vicio me domina y por ahora me inclino a creer que expulsando a los cartoneros, en realidad se procura proteger el negocio que representa la basura y que sucintamente describo. Por un lado se monta una empresa a la cual se le paga por el servicio de recoger los residuos y luego la empresa obtiene un ingreso adicional por el acto de reciclarlos. Cuanto más en este caso añade para tal presunción,  que la medida viene de la mano del ingeniero, tan entrenado su ojo de lince en atender y aprovechar toda prebenda susceptible de ser obtenida del Estado y principalmente de su codiciado erario, eso que llaman “la caja” entre los íntimos.

 De paso quedó cumplida la “actuación circense” de haber aplicado “mano dura” contra un grupo de excluidos cuyo campamento en el barrio de Belgrano desvaloriza la propiedad y altera la digestión. En el verano de Buenos Aires, está bueno comer vitel thoné. Digo, por eso de la calor, vio. Si me sirvo otra porción, no creo que me vaya a sentar mal.

Falso Donante, 28 de febrero de 2008

CACEROLAZO

Querido Gustavo


¿Si digo T2, qué estoy diciendo, Técnica dos, o T due? Por el amor que siento por la institución, categóricamente sé que digo Escuela Técnica 2 de General Sarmiento, y como tal, también digo institución señera que asume la responsabilidad de conducir un proceso educativo de vanguardia. Lo otro, haber dicho T due, es un juego de palabras que remite a las estructuras mafiosas, antipedagógicas, retrógradas y fascistas, sobre las que hay que estar alerta.

En términos de vanguardia educativa, se impone poner en claro esta cuestión: Considero muy sencillo comprender cuándo alguien es “culpable de buena fe”. Para instalar un ejemplo inmediato, remito a señalar que se los puede encontrar entre los que compraron automóviles importados, valiéndose de las franquicias otorgados a las misiones diplomáticas extranjeras. Con una cuota de indulgencia, toleramos que nos expliquen “-Yo lo compré de buena fe.”

Como queda dicho, es fácil comprender que ser culpable de buena fe, es algo malo, pero ser “víctima de buena fe” es una maldición. La escuela tiene la obligación de hacer luz sobre ese punto.

Hoy ser víctima de buena fe es creer que este estertor fascista, que se expresa con un lock out patronal, es sólo un cacerolazo. Una simple deducción nos permite comprender que si la comedia del campo fuera un paro asimilable a los paros gremiales, no sería necesario emplear mecanismos violentos para impedir el transporte y comercio de los productos de la tierra, el agua y el aire.

Ser víctima de buena fe es hacerse cómplice de un acto fascista, que recurre a la violencia para impedir el comercio de productos agropecuarios. Y salta a la vista que las empresas de comunicación son cómplices al sugerir siquiera una remota equivalencia entre los piquetes de desocupados, que no tienen otro recurso, porque no tienen un patrón a quien hacerles paro, comparándolas con estas “emboscadas” de los violentos, que han instalado en los caminos de la patria. Si los productores estuvieran contestes en sostener la medida tramada en la Sociedad Rural, no sería necesario asaltar a los transportistas en el camino, porque adoptarían el sencillo trámite de no mandar la producción a la venta, sin avanzar sobre los otros sectores, incluidos los turistas extranjeros.

Me pregunto si para estos actos que producen estupor, la Sociedad Rural se habrá entrenado defendiendo la posición de los productores, cuando ayer no más los privaban de sus campos, como corolario de la ejecución de las hipotecas. O nos estamos olvidando de que la privatización del Banco Nación fue un objetivo de la sinarquía, por la gran concentración de hipotecas con que cuenta, estimulada por la codicia del pingüe negocio que representa rematarles sus propiedades. Quisiera estar eximido de señalar que en ese momento álgido para el sector rural, la honorable Sociedad Rural estaba mirando pasar las babas del diablo. En esos días de dolor para todos los argentinos, ellos tuvieron el pecho más frío que venda de momia y hoy nos quieren calentar la sangre a todos.

Este reclamo busca modificar el por ciento de las retenciones con un argumento contable, pero por supuesto que desde el punto de vista económico es opinable. Porque la economía es una ciencia social que interactúa con muchas otras, incluso con la filosofía. Un estudio de resultados contables comienza con el “capital fundiario”, en este caso comienza tomando en cuenta el valor de la tierra, pero a nadie se le ocurre ponerle precio a una hectárea de mar o a los litros del aire que pasa entre los dedos. Estoy diciendo que el concepto de propiedad no es un concepto absoluto. Esto sin considerar que en nuestro país el origen de la propiedad de la tierra es una materia que debería ser revisada. Tampoco el reclamo pone en consideración que las toneladas que se exportan de contrabando, no tributan retención alguna y que son un volumen considerable.

Para dar los primeros pasos en el camino de sobreponernos a la maldición de víctimas inocentes que pesa sobre los argentinos, declaro mi opinión de que esto que llaman “paro de productores rurales” se parece mucho a un conato de golpe de estado y los golpes de estado no son contra los gobiernos, sí son contra el pueblo.

 

Falso Donante, 26 de marzo de 2008

ARRIBA EL SUELO

El suelo es un recurso natural fundamental para la vida, que exige un adecuado manejo para optimizar su rendimiento y al mismo tiempo pretendemos conservarlo. En ese plan, se debe tener en cuenta que los nutrientes de nuestros campos son un recurso no renovable, como el petróleo, el gas o el agua dulce y en la actualidad, en términos generales, existe un balance negativo de los nutrientes del suelo debido a las bajas tasas de reposición, lo cual determina índices crecientes de susceptibilidad al empobrecimiento.

Por cada tonelada de soja cosechada, entre otras sustancias, estaremos extrayendo del suelo unos 80 kg. de nitrógeno y 30 de potasio.

Los suelos argentinos, desde su origen, generalmente están muy bien provistos de potasio, pero la permanencia del nitrógeno, de un modo que resulte disponible por los cultivos, es lábil y obedece a un ciclo natural, que podríamos analizarlo partiendo de la fuente de dicho elemento contenida en el aire, ya que el aire es una mezcla de gases en la cual el nitrógeno interviene en un 75 %.

Solamente a título ilustrativo, menciono que las tormentas eléctricas son uno de los mecanismos naturales que ponen al nitrógeno en estado disponible para nutrir a los vegetales, pero debo decir que no es el más importante y que hay otros que tampoco son el objeto de este artículo.

La humanidad lleva siglos de explotación agropecuaria y durante ese tiempo, se alcanzaron progresos extraordinarios hasta llegar al actual desarrollo, en que constituye una actividad económica de primer orden. Luego tiene una historia que de vez en cuando conviene revisar para comprender la situación actual.

Veamos algo de eso. La principal adversidad que debieron enfrentar los antiguos inmigrantes, fue la explotación despiadada que sufrieron de parte de las diversas instancias que intervienen en el negocio del campo, muchas de las cuales hoy constituyen el “comando” de la “protesta” del agro. En este punto hablo de los propietarios de la tierra, de las empresas monopólicas acopiadores de cereales y hablo de los transportes. Solamente quedó neutralizada tal adversidad, cuando en franca actitud de grandeza patriótica se implementaron soluciones originales argentinas, adecuadas para problemas argentinos, como lo fueron el congelamiento de arrendamientos y aparcerías; la creación de la Junta Nacional de Granos, sucesora del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio; la institución del “precio sostén” para las cosechas; las facilidades para el acceso a la propiedad de la tierra; el fomento de las cooperativas de productores; la nacionalización de los ferrocarriles y la creación de una flota naval que hiciera posible la venta de nuestra producción, en el mercado del mundo que nos fuera más favorable. La coordinación de las medidas que he señalado, quiero destacar que constituyen una “reforma agraria”, pero eficaz. Corresponde entonces hacer memoria de lo que fueron aquellos tiempos, analizar conceptos y consiguientemente dejar de lado las anécdotas que procuran instalar los medios de comunicación, cada vez que los llaman “los abuelos”. Ningún otro resultado persigue la difusión del latiguillo “luchamos por la memoria de nuestros sacrificados abuelos”, porque ellos fueron en su momento holgadamente reivindicados.

A continuación pecaré de abrumador por extenderme demasiado en estas consideraciones, pero pasaré a referir la influencia de cada uno de los factores adversos que dificultaron el desarrollo de la agricultura e impidieron que los beneficios de esta actividad alcanzaran al mayor número posible de argentinos. Quien ya los conozca puede soslayar su lectura y quien pretenda tomarlos como base para un análisis más exhaustivo, deberá corroborar los datos con mayor precisión, porque mis citas salen de mi memoria y mi carácter es exclusivamente de “francotirador” en estos temas, con lo cual queda dicho que no cuento con un “equipo de investigadores”, aunque sí garantizo la honestidad en los conceptos.

CONSECUENCIA DE LA ACTITUD COMERCIAL DE LAS EMPRESAS ACOPIADORAS.

Durante aquellos años en que la agricultura estuvo a cargo de los “abuelos inmigrantes” cuya memoria hoy se declama defender, el cereal más importante era el trigo. Por ese motivo utilizaré referencias a ese cultivo para los ejemplos, sin omitir destacar que el trigo argentino estuvo y está entre los mejores del mundo. Sobre todo el trigo duro, cuya harina es mejoradora en los cortes con otros trigos, a los fines de aprovechar sus excelentes condiciones para la panificación. Por su parte el trigo candeal argentino también es de excelente calidad para la fabricación de pastas a consumir hervidas.

El precio de venta de este cereal es fijado luego clasificarlo de acuerdo con “estándares” de calidad y que toman en cuenta principalmente su peso hectolítrico y resultará castigado con descuentos si presenta ciertas averías. Para tal fin se procede a un análisis que el chacarero confiaba a la acopiadora, de manera que quedaba expuesto a cobrar un importe que nunca sabría si era lo justo. Dicho en buen romance, las compañías Bunge y Born y Louis Dreyfus, que concentraban la casi totalidad del comercio de granos, le pagaban lo que querían.

Más tarde fue la extinguida Junta Nacional de Granos el organismo encargado de realizar análisis con valor legal y el que fijaba un precio llamado “sostén” para los cereales, de manera que los acopiadores privados nunca podían liquidar menos que el sostén, porque obviamente el chacarero hubiera optado por vender a la junta.

CONSECUENCIA DE LOS MEDIOS DE TRANSPORTE EN MANOS DE EMPRESAS BRITÁNICAS.

Habría que gastar muchos litros de tinta para escribir sobre el perjuicio ocasionado a la nación por los mentados “ferrocarriles ingleses”, cosa que ya hizo Raúl Scalabrini Ortiz. Para mencionar lo atinente al comercio de cereales, debo decir que aplicaron tarifas diferenciales en función de los rendimientos potenciales de la zona de producción. De tal manera, un producto procedente de zonas de alto rendimiento, debía pagar más flete por ese solo motivo, aunque la carga recorriera menos kilómetros.

Otra muy distinta fue la situación al producirse la nacionalización del sistema ferroviario, porque las tarifas dejaron de perseguir fines de lucro, para pasar a representar un poderoso factor de fomento. Además el control estatal permitió establecer un reglamento que fue conocido como “Nuevo orden Justicialista para el suplido de vagones” que establecía la siguiente prioridad “Se otorgará un vagón de carga a la empresa acopiadora, después de haber suplido dos a productores o cooperativa de productores”.

Las medidas señaladas podrán ser vistas por cualquier argentino de buena voluntad, como una verdadera reforma agraria, pero eficaz, mucho más si se tiene en cuenta que se congelaron los valores de las aparcerías rurales y los arrendamientos y constituyeron un verdadero salvamento para los antiguos agricultores. Del mismo modo que con la actual regulación de precios por medio de las retenciones, se puso énfasis en el bienestar del pueblo, como lo demuestran estos datos comparativos tomados en los dos períodos de posguerra:



AÑO 1918

Trigo $/Quintal 4,00
Pan $/Kg 1,00

AÑO 1949

Trigo $/Quintal 23,50 (5oo% de beneficio al productor)
Pan $/Kg 0,55 (45% de beneficio al consumo)

Aunque pueda tener mi propia preferencia, no quiero decir acá cuál debería ser la actitud de la nación frente al hecho incontrastable representado por que por cada tonelada de soja que se exporta, el suelo entrega los 80 kg de nitrógeno y 30 de potasio (más otros nutrientes), pero sí pretendo señalar que es una cuestión a resolver. Para poner un número que cuantifique de qué hablamos, debo decir que el valor de los minerales del suelo que se exportan supera los 1.500 millones de dólares. Sospecho que las autoridades del gobierno democrático están bien orientadas, pero ha quedado demostrado que será necesario una acumulación de poder superior a la representada por el resultado de las elecciones, al menos lo es para enfrentar a la prepotencia de la oligarquía.

Quizá alguien más aventurado que yo, se atreva a calificar como traición a la patria, en mi caso hablo de sospecha frente a la siguiente duda:

¿Por qué no hubo protesta legítima cuando se disolvió la Junta Nacional de Granos?

¿Por qué callaron cuando 38.000 dominios agropecuarios estaban siendo rematados? ¿Será que en tales circunstancias solamente vieron una posibilidad de aumentar su patrimonio comprándolas a precio vil?

¿Puedo creer que la junta competía con las aspiraciones comerciales monopólicas del sector que hoy asume la conducción de la protesta y les convino que desapareciera?

¿Por qué debieron apelar a medios coercitivos violentos muy parecidos a cualquier acción desestabilizadora? ¿Será porque debieron forzar la voluntad de los pequeños productores que conservan la memoria de lo expresado en este artículo y saben muy bien qué les conviene?

¿Está permitido que los ciudadanos de a pie pongamos en duda que los dirigentes rurales estén asumiendo la defensa de los intereses de los fruticultores, históricamente explotados por las plantas de empaque? ¿O de los tamberos que tributan a las usinas lácteas? ¿O de los avicultores subsidiarios de la genética, los balanceados y otros insumos provistos por monopolios extranjeros? ¿Por qué a estos últimos se los privó de la genética avícola desarrollada por el INTA en un extraordinario esfuerzo de investigación y no se sintió protesta alguna sobre ese punto fundamental?

Cualquiera que me haya leído antes sabrá de la referencia que tanto me gusta tomar frente a estos dilemas ¿Qué hubiera hecho el General San Martín en un caso así? Dispénseme el lector de decirlo yo, porque todos sabemos que el padre de la patria castigó severamente traiciones mucho menores que esta.


Considero altamente probable que citricultores, tamberos, avicultores, pequeños productores, etcétera, estén viendo en este gobierno un aliado en el sueño por recuperar el destino de grandeza que Dios debe tener previsto para la patria. Porque las poderosas corporaciones están en condiciones de defenderse por si mismas, en función del poder con que cuentan, a los ciudadanos comunes el único recurso que nos queda es congregarnos en torno a la política, para el bien de todos.

En este caso cuya discusión propongo, quizá más que en cualquier otro, es procedente el concepto de que "Dios es el prójimo" y la demanda de alimentos de los pueblos del mundo se corresponde con la volutad de hierro de ofrendar con amor, antes que con un subalterno y sacrílego cálculo de utilidades comerciales especulativas.

Falso Donante

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