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ModeradosdelSur

DE GOLES Y DE PENALES

 

 

Si usted es hincha de Gremio y se pone contento cuando su equipo le gana a Internacional, me parece comprensible. Hasta me parece comprensible que usted se sienta feliz, aún cuando objetivamente el rival haya jugado mejor y de todos modos usted insista en alegrarse con el triunfo de Gremio.

 

En tanto que esta conducta se mantenga en el ámbito del fútbol, no tendrá mayores consecuencias. Si usted es suficientemente sensible como para apreciar la poética que está contenida en el deporte más vistoso y popular del mundo, o usted puede comprender que el fútbol reproduce la vida, es posible que si gana su equipo sin ser el mejor, usted se sienta un poco miserable porque no pudo festejar al equipo que mejor jugó.

 

Acéptelo. Son las consecuencias de estar demasiado adherido a una idea. De paso le aviso que eso puede ser un síntoma.

 

Acepte que la humanidad ha debido cambiar muchas veces de idea. Si las ideas fueran “para siempre”, todavía creeríamos que comer crudo es mejor que cocinar los alimentos, o que vivir en cuevas es mejor que vivir en casas, etcétera. Alguien aventuró alguna vez, que la velocidad con que se cambia una idea por otra, está relacionada con el grado de inteligencia.

 

Si usted ha podido seguirme hasta aquí, ahora le pido que piense lo siguiente: Cuando Perón ganó la primera elección de su historia, necesariamente tuvo que ser votado por sectores que antes votaron a Irigoyen. Hubo un número de partidarios de la Unión Cívica que cambiaron de idea. Del mismo modo, cuando Alfonsín ganó su elección, también tuvo que ser votado por peronistas. En este caso hubo un número de peronistas que cambiaron de idea.

 

Este fenómeno de alegrarse cuando gana el equipo propio, aunque obtenga el triunfo mediante un gol hecho con “la mano de Dios”, se repite en política.

 

Pero cuando se repite en política, las consecuencias afectan a toda la nación. Usted haga lo que quiera, pero no me pida que hinche por el peor, no me pida que vote contra los intereses de la mayoría, no me pida que sea inocente de buena fe.

 

Ni qué decir de los casos en que los goles son convertidos con “la mano del diablo”, llámese golpes de estado para más rápida identificación del concepto, pero que en realidad son contra el pueblo y contra la patria.

 

Comprenda. El rosario de estereotipos con que usted pretende descalificar al gobierno son insuficientes para muchos y también para mí, que me tomo el trabajo de escribirle. Si usted siente que está asistido por un cierto derecho de casta, por ser caucásico, lindo, limpio y bueno, pues adelante, haga lo que quiera, pero sepa que no nos convertirá en miserables tan fácilmente. No le puedo asegurar que seamos mayoría, simplemente somos un grupo que queremos seguir disfrutando de los goles poéticos que hacen los negritos, los grasitas, junto con los rubios, los profesionales. Si usted pasa por este blog, que sea para mostrarme cuánto tiene usted de bueno. Muéstreme al que baila en la cuerda floja, porque ya me tiene las pelotas por el suelo de tanto gritar el gol antes del partido.

 

 

Policarpo Cuaresma

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