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ModeradosdelSur

DE CHAQUETAS Y APORTES PREVISIONALES

 

-El año pasado las puse en la vidriera muy baratas, a 15 $  y no pudimos vender ni una, hace tres temporadas que las trajimos del mayorista y aquí están, cagándose de risa de nosotros.

 

-Hiciste bien en avisarme, yo no me había dado cuenta porque estoy viniendo poco a la tienda. Pero no te preocupes, porque tengo una idea. ¿Cuántas camperas son?

 

-Esperá que las cuento. Quedan 27.

 

-Bien. Andá hasta el negocio de Marcos en la calle Libertad y traé 27 relojes Olient, esos que está vendiendo en oferta a 7 $, decile que la semana que viene paso por ahí y se los pago.

 

Al rato Eduardo trajo los 27 relojes. Parecían un molde para freír huevos, eran muy voluminosos, pero para el caso, servirían muy bien.

 

-Ahora volvé a poner una campera en la vidriera, con un cartel que diga 50 $

 

-¿50 $?, es una estafa. Si no las vendimos cuando estaban a 15, menos las vamos a vender a 50.

 

-Vos no te preocupes, haceme caso y vas a ver cómo las vendemos todas.

 

Mientras Eduardo colocaba la campera en la vidriera, ofrecida a 50 mangos, Samuel distribuyó un reloj en el bolsillo derecho de cada campera. Lo que restaba era esperar.

 

Lo que sigue es obvio y a mí nunca me gustó hacer “la fácil”. Menos cuando escribo. De manera que aquí acaba el estilo narrativo y solamente queda por delante dejar constancia en este texto de que cada cliente que entró a la tienda fue instado a probarse una campera, se paró frente al espejo, puso las manos en los bolsillos para ensayar la pinta y al descubrir el reloj en el derecho, hizo silencio, pagó los 50 y muy feliz se llevó una campera de 15, más un reloj de 7. Pingüe ganancia del gil, punto del primer garca que pinte.

 

A la semana habían vendido las 27 camperas, Samuel negoció que el precio de cada reloj fuera de 5 $ por haber comprado en cantidad y con los más de 1000 que le quedaron, se fue a tomar un drink con Solange, la de Marcelo T y Reconquista. ¡Cómo lo calienta esa potranca de anca partida!

 

Es así, señor Gerardo. En todo cuento del tío subyace un mecanismo parecido, el estafado cree que se beneficiará perjudicando a alguien.

 

            Mientras escribía mi comentario, la lista estaba en cero y cuando lo mandé para la publicación me percaté de que su excelente artículo ya había sido agraciado con un comentario ejemplificador, el primero de la lista firmado por anónimo. Anónimo cita al The Wall Street Journal, la prensa de los piratas. Fíjese que este amigo no cuida sus aportes previsionales, porque para él es más importante cerrar la canilla de fondos para la campaña próxima. Está dispuesto a sacrificarlos en un destino con alta probabilidad de que vaya a ser espurio, con tal de que no se cumpla una posibilidad meramente hipotética de que quede disponible para la campaña.

 

Comprendo que el poder financiero sea un hueso duro de roer. Pruebas al canto, en su momento, lograron voltear al insigne demócrata actualizador del Preámbulo de la Constitución, pero pudieron hacerlo cuando el quía ya no meloneaba más a pueblo y en cambio Cristina tiene muñeca, tiene iniciativa política y sigue teniendo apoyo popular.

 

            Mi comentario para http://tirandoalmedio.blogspot.com se completa con un cuento ilustrativo, pero me parecería un abuso si lo pongo acá, de manera que quien quiera leerlo deberá remitirse a Moderados del Sur. Creo que no lo voy a defraudar.


Policarpo Cuaresma

 

2 comentarios

Mariajosé Ochoa (Gicella) -

Escribes maravillosamente lindo, querido Policarpo Cuaresma ...

gerardo -

Don Policarmo. Aprendí con su cuento.
Gracias